La organización de las películas es cronológica y eso nos ofrece una pequeña muestra de la evolución de las temáticas y géneros. Desde sus primeros años de independencia, las repúblicas latinoamericanas han sido siempre terreno fértil para la adaptación de las vanguardias del viejo continente. Lo que el romanticismo fue para la literatura en el siglo XIX lo fue el surrealismo para el cine en la primera mitad del siglo XX. Y eso queda reflejado en las dos primeras piezas, Traum (Horacio Coppola y Walter Auerbach, 1933) y Esta pared no es medianera (Fernando de Szyszlo, 1952). Son producciones que vienen de Argentina y Perú, respectivamente, pero resiguen la estela del cine surrealista de los años 20 con los sueños y la pulsión libidinal de sus personajes impregnando cada fotograma.
Y tras la vanguardia se viene la revolución social. Así lo predicen, lo reclaman y la incitan dos de las mejores películas que mostraremos, Now! (Santiago Álvarez, 1965) y Revolución (Jorge Sanjinés, 1963).
Vanguardia, militancia y lirismo. Tres registros que se expanden con la apropiación de material que hacen Gallery Dogs (Diego Lama, 2005, Perú), Documental (Alexander Apóstol, 2005, Venezuela) y Opus (José Ángel Toirac, 2005, Cuba) y el humor implacable del documental de denuncia en Ihla das Flores (Jorge Furtado, 1989, Brasil)
Y tras la vanguardia se viene la revolución social. Así lo predicen, lo reclaman y la incitan dos de las mejores películas que mostraremos, Now! (Santiago Álvarez, 1965) y Revolución (Jorge Sanjinés, 1963).
Vanguardia, militancia y lirismo. Tres registros que se expanden con la apropiación de material que hacen Gallery Dogs (Diego Lama, 2005, Perú), Documental (Alexander Apóstol, 2005, Venezuela) y Opus (José Ángel Toirac, 2005, Cuba) y el humor implacable del documental de denuncia en Ihla das Flores (Jorge Furtado, 1989, Brasil)
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Jueves, Marzo 26, 2015 - 20:30
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