Banksy Does New York
Año 2014
Duración 79 min.
País Estados Unidos
Director Chris Moukarbel
Fotografía Mai Iskander, Karim Raoul
Productora
Matador Content / Permanent Wave / Home Box Office (HBO)
Género
Documental | Pintura
El 1 de octubre de 2013 BANKSY anunció en su web este proyecto que tituló “Better in than out” (mejor dentro que fuera). Pocas horas después los sabuesos del diario The Village Voice localizaron un grafiti en la calle Allen del Lower East Side que mostraba a dos niños, uno subido en encima del otro, vestidos al estilo de los chavales que repartían periódicos a principios del siglo XX, y que trataban de alcanzar el bote de spray de un cartel municipal que alertaba de que el grafiti es un delito. Un camión cuyo interior fue reconvertido en un jardín; otro que recorrió varias calles con animales de peluche como si fueran al matadero; un siniestro esqueleto conduciendo un coche de choque; una esfinge de escombro; y un puesto callejero en el que vendió su cotizada obra por apenas 20 dólares, han sido algunas de las acciones con las que Banksy ha logrado captar la atención de los habitantes de una ciudad, que se caracteriza por hacer caso omiso prácticamente de todo.
En el depauperado East New York los vecinos quisieron cobrar a los curiosos que se acercaron a este barrio para ver el grafiti del artista, en el Bronx, –cuna histórica de este estilo– el trabajo fue rápidamente apostillado por los artistas urbanos de la zona; en TriBeCa cientos de seguidores disfrutaron de la improvisada exposición que se montó bajo un puente. Y por encima de todo sobrevolaban los mensajes irónicos y provocativos del artista que tan pronto tomaba una cita prestada de la película Gladiator (“lo que hacemos en la vida reverbera en la eternidad”), como afirmaba “tengo la teoría de que puedes hacer que cualquier frase suene profunda si escribes el nombre de un filósofo muerto al final- Platón”, o bromeaba sobre su “acento” (caligrafía) en Nueva York.
Mientras se calentaba el debate sobre si las nuevas pintadas que iban surgiendo (una rata, la silueta de las Torres , un corazón con tiritas, un hombre con un ramo de claveles en la cortina metálica de un club), debían ser destruidas o conservadas, y la policía confirmaba que no había emprendido ninguna operación para capturar al artista (cuyo anonimato y clandestinidad multiplican su aura), en la tienda benéfica fundada en los ochenta para recaudar fondos para los enfermos del SIDA, Housing Works, Banksy encontró un cuadro. Lo retocó, e hizo un guiño a Hannah Arendt titulando el lienzo –al que incorporó un nazi sentado de espaldas admirando el paisaje– “La banalidad de la banalidad del mal”. Lo devolvió a Housing Works y allí lo subastaron por más de 600.000 dólares. (Fuente diario El País)