CICLO LOUIS MALLE: Adiós muchachos.1987

Solapas principales

Un rasgo distintivo de Louis Malle (1932-1995) fue ese tenaz individualismo tan francés que lo llevó a dar continuos y rotundos cambios de rumbo a su carrera a lo largo de cuatro décadas de actividad profesional. Su filmografía es heterogénea y variopinta, dispar y despareja, remisa al encasillamiento.
Malle coincidió en el tiempo con Godard, Truffaut, Rohmer y la crítica lo metió en el saco de la Nouvelle Vague, no por capricho, pero sí un poco a la fuerza. Él tenía la misma edad de los jóvenes turcos y era tan rebelde como el que más, pero más promiscuo que el más promiscuo de ellos; le gustaba Alfred Hitchcock, Robert Bresson y Jean-Pierre Melville, pero nunca sintió la necesidad de renegar de René Clair, Marcel Carné u otras bestias negras de la camarilla cahierista, y esto lo honra. Con la debida perspectiva, se puede percibir que Malle desfilaba con el pie cambiado (y tenemos además aquel comentario de Philippe Noiret en Zazie en el metro -“la nouvelle vague es una mierda”- que hoy ha adquirido el rango de declaración de principios). Alberich escribe: “Malle confluye con la nouvelle vague en bastantes postulados, como la conveniencia de filmar en exteriores naturales o la necesidad de perseguir unas interpretaciones más espontáneas y menos afectadas que las que ofrece el cine tradicional, pero en cambio no reniega del rodaje de interiores en estudio, ni rechaza en su totalidad a la despectivamente llamada qualitè française”.

ADIÓS MUCHACHOS

Bellísimo retrato de la adolescencia. Una obra maestra del cine.
Invierno de 1943. Durante la ocupación alemana de Francia, en un internado católico para chicos, Julián, un muchacho de trece años, queda impresionado por la personalidad de Bonnet, un nuevo compañero que ingresa en el colegio después de iniciado el curso

Jueves, Mayo 26, 2022 - 20:30
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