'La virgen de agosto' o cuando todavía era posible enamorarse de la ciudad en verano
Primera entrega de una serie sobre narraciones modernas para ver Madrid a través de la mirada de creadoras y creadores en el cine, la literatura, las series o el teatro. La de Jonás Trueba es una ciudad de encuentros casuales y milagros veraniegos
Quedarse en Madrid por voluntad propia durante unos veranos cada vez más calurosos, lejos de la costa y en una ciudad nada adaptada a la emergencia climática, puede parecer una locura. Seguramente lo sea, pero es también una oportunidad para redescubrir otra Madrid: más vacía, más despreocupada, más templada (en el carácter, claro está no en la temperatura). Esta decisión, que ante unos veranos cada vez más calurosos y peligrosos también tiene mucho de idealización y de privilegio (aunque la protagonista no tenga aire acondicionado en su piso), es la que toma Eva en La virgen de agosto (Jonás Trueba, 2019).