SALÉTILE
Dúo shoegaze tropical formado por Daniel García y Ruymán García. Música que combina electrónica basada en muestras a tiempo real y noise rock contundente e hipnótico. El Salétile entra en órbita en 2009, despegando desde Tenerife, en medio de la platanera, aunque tiende a perderse hacia los confines del universo. Su tripulación la componen Daniel, encargado de las máquinas, los ruiditos que salen de la caja mágica y la guitarra, y Ruymán, que de vez en cuando lleva la voz cantante y otra guitarra colgada. Cuando los propulsores del Salétile se ponen en marcha retumba un ruido atroz que combina las atmósferas del shoegazing, las melodías de la psicodelia de los años 60, las texturas del ambient, los breaks destartalados y los drones del más allá. El resultado suele ser expansivo… y, a veces, ensordecedor.
EDUARDO BRIGANTY {Ambient-Drone-Experimental}
Eduardo Briganty presenta "Microgramas" El Muelle records
Proyecto musical en el que da rienda suelta a su faceta más electrónica y experimental, creando paisajes instrumentales que buscan llevar al oyente a intensos estados emocionales, mediante la abstracción, la melancolía o la oscuridad.
"Entre la dulzura y el sonido más turbador, con figuras recurrentes en su firmamento emocional como Steve Reich , Arvö Part o Brian Eno" Tomás Fdo Flores, Siglo 21. Radio 3
“En un año con pocas alegrías vanguardistas en la electrónica española Microgramas se convirtió en uno de los discos experimentales nacionales del año 2018” OCIMAG Manu González
“El autor Eduardo Briganty ha confeccionado uno de los cancioneros más subyugantes de la temporada con Microgramas (El Muelle Records, 2018). Una estupenda amalgama de sonidos entre el postrock, los sonidos cinéticos cercanos a las suites de Hecker, y las abstracciones de William Basinski, o Ian William Graig”. “MUZIKALIA” Luis Mone
“Un eterno glisando paralizado, mueve pone las ondas cerebrales al ralentí, a ese punto perfecto en el que todo se percibe de forma distinta, Briganty campa a sus anchas con un perfecto uso del tempo, para que su música tenga la particularidad de resultar psicorrágica y de darte la vuelta como a un calcetín neuronal” “La muerte tenía un blog” Antonio Martín
“Microgramas” è una densa sequenza di atmosferiche coltri sintetiche plasmate da sature modulazioni in espansione attraverso un algido ambiente carico di drammatica tensione. “SOWHAT” Peppe Trotta
Después de facturar, con su proyecto Miniatura, dos de los álbumes más interesantes en la efervescente escena de la música popular contemporánea hecha en las Islas Canarias en lo que va de siglo XXI (La huida concéntrica, Estrategias de perdición), Eduardo Briganty se centra ahora en su faceta más experimental e intimista con un álbum en el que profundiza en la vertiente más visual y atmosférica de su producción musical. Si en su versión más “colectiva”, como Miniatura, su propuesta musical encontraba aún sus coordenadas en el lenguaje del pop y del rock vía dream pop, kraut rock y con momentos cercanos a la figura del “crooner crepuscular” o de los pioneros de la experimentación que, en distintas facetas, remitían a Scott Walker o Robert Wyatt, en este debut homónimo en solitario, las referencias ya existentes en el terreno de la experimentación musical en las fronteras de los distintos géneros (Brian Eno, Steve Reich, La Monte Young, Arvo Pärt...) se dan la mano con algunos de sus alumnos más aventajados, a la hora de crear atmósferas y paisajes sonoros tan atractivos como turbadores en la electrónica contemporánea, como pueden ser Fennesz , Tim Hecker o William Basinski Justo cuando Eduardo Briganty se presenta al mundo como tal, a través del sello malagueño El Muelle Records -hogar de alguna de las propuestas más interesantes y arriesgadas del panorama musical español en los últimos tiempos- desaparece su voz y cualquier tipo de organicidad humana, para bosquejar un universo sonoro sintético solo comprensible si se asume que esta propuesta musical , también se nutre de la admiración por algunos de los genios creadores de la cinematografía de todos los tiempos, como pueden ser Robert Bresson, Ingmar Bergman, Luis Buñuel, Vitorio de Sica, Pasolini, Kenji Mizoguchi o un Andrei Tarkovsky bajo cuya sombra visual -el tema “La zona” es, directamente, una posible-(im)posible banda sonora para Stalker- se termina de integrar este disco a caballo entre la reinterpretación, el homenaje y la integración de lenguajes artísticos. Así como en las referencias visuales citadas, la apuesta por el riesgo, por el cambio de perspectiva, por la óptica desconocida arroja a universos inexplorados de un hipnotismo y una atracción irresistibles, Microgramas complementa y (re)crea esos otros universos posibles que siempre han sido el objetivo creador del arte con mayúsculas.
