Bajo el nombre de Berna se encuentra uno de los personajes más atípicos del panorama musical canario. Complejo, compositor excepcionalmente dotado, apasionado y desconcertante, misterioso y familiar a la vez, Berna es autor de canciones de difícil análisis por la imprecisión que rodea a los objetivos del artista y su obra.
Esta incertidumbre se ve alimentada por una especie de autocrítica permanente que se traduce en cambios frecuentes en su inspiración, actitud y estilo. Posee una innata capacidad para desconcertar tanto a sus partidarios como a sus detractores, y hace que su obra bascule entre el dolor y la diversión con un talento definitivamente original.
Espíritu trasgresor
Berna dio sus primeros pasos en la música dentro del Conflicto Nocturno, que se convirtió en uno de los principales exponentes de la escena post-punk tinerfeña. A pesar de su corta carrera, el conjunto contribuyó a los cimientos de lo que más tarde se convertiría en la Nueva Ola Canaria. Tras la disolución del grupo, formó junto a Isidoro Rodríguez la banda Malas Artes, con la que se haría un hueco en el panorama madrileño gracias a un estilo que mezclaba rock sinfónico, glam y rock gótico aderezado con una puesta en escena cuidada hasta el mínimo detalle.
El carácter trasgresor e inclasificable de la banda no terminó de gustar a las discográficas y Malas Artes se disolvió tras tres años y medio de intenso trabajo. Poco después, Berna formó en Tenerife un nuevo grupo, Mamacrack, gestado al amparo del grunge, el punk y el pop indie americano. Tras un año de rodaje, el conjunto se trasladó a la capital española y allí cambiaron su nombre por el de Primate, convirtiéndose, con el paso del tiempo, en habituales del circuito madrileño.
Personaje complejo, músico, cantante, compositor, y artista plástico, Berna Acosta, más conocido como Berna, se caracteriza por la singularidad de su propuesta, en la que se reconoce talento y personalidad.
