Se trata de una obra hasta hoy desconocida del escritor Meliano Peraile Redondo, con ilustraciones del dibujante Alberto Cañete Calvo, que fue ideada y realizada por ambos durante el periodo en el que compartieron celda en la cárcel Seminario de Cuenca, al término de la Guerra Civil Española. Meliano Peraile (1922-2005), originario de Villanueva de la Jara (Cuenca), se convirtió con los años en uno de los escritores de narrativa corta más laureados de España. En su haber cuenta con el prestigioso “Hucha de Oro” en dos ocasiones y con el finalista del “Antonio Machado”, compartiendo honores con Almudena Grandes. Hombre de letras puras, cultivó en sus comienzos la poesía, editando varios poemarios. Su trashumancia hacia la narrativa corta, hacia el cuento como herramienta literaria de primer orden, le llevó a ser admirado por toda una generación de escritores de posguerra. Tras su paso por la cárcel, se estableció en Madrid, trabajando de enfermero y practicante titulado. Allí llegó a coordinar y dirigir la tertulia “Contra esto y aquello” del célebre Café Gijón y a ocupar puesto de vocal y de vicepresidente en la Asociación Colegial de Escritores. Con su último libro publicado, “Apartado más no ausente”, volvió a la poesía que le vio nacer como escritor. Por su parte, Alberto Cañete Calvo (1914-1991) nació en Tarancón (Cuenca) y fijó su residencia en Tenerife a finales de la década de los 40. Dibujante, pintor, músico, actor…, se dedicó toda su vida al arte plástico y la creación gráfica. Trabajador en la emblemática Litografía Romero, de la que llegó a ser su director comercial, fue el creador de marcas comerciales -como la de la ya extinta Cerveza Mas-, de slogans publicitarios – “Tenerife, la eterna primavera”- y de logotipos institucionales como la strelitzia que identificó a Canarias durante décadas. Fue asimismo impulsor y creador de la serie editorial que inició el libro “Tenerife en Color” y que continuó con ejemplares dedicados a otras islas del Archipiélago, traducidos a varios idiomas y destinados a la promoción turística de Canarias en el exterior en los años 60 y 70. Autor de varios carteles de las “Fiestas de Invierno” –antiguos Carnavales de Santa Cruz y de Puerto de la Cruz-, también realizó otros para la Romería de San Benito y la Semana Santa laguneras o para anunciar los partidos del CD Tenerife. Dada su condición de combatientes del ejército republicano, el propio Peraile relató en sus memorias “Lo que fuera mejor nunca haber visto” (Ediciones Libertarias, 1991) las vicisitudes carcelarias a las que ellos y cientos de presos más se vieron sometidos en aquellos años de posguerra. No obstante, también había oportunidades de redimir las penas con actividades lúdicas que les hacían olvidar por un rato las penurias a las que estaban sometidos. En este sentido, detalló con profusión de detalles la elaboración de este poemario que, tras más de 70 años, ve la luz como constatación de una época y un país; de unas personas encarceladas por sus ideas y por defender un gobierno legalmente constituido, frente a los amotinados del general Franco. Una entrevista concedida a la revista literaria Añil en 1999 atestigua aquella ilusión compartida: “… de lo que guardo mejor recuerdo fue del libro de poemas que escribí y Alberto Cañete, de Tarancón, gran dibujante y con buena vena literaria, ilustró”. La obra consta de 8 poemas, con sus correspondientes ilustraciones alegóricas a cada uno de ellos. Su título, “Versolario”, ya venía dado desde la gestación de este proyecto en la propia prisión, al igual que el diseño de la portada de la edición limitada que se ha realizado para esta ocasión, tal y como atestiguan las memorias de Peraile “Una ninfa desnuda cruzaba, hacia una nube, la portada de nuestro Versolario”.