La película No te mentiré es adaptación libre de la novela de la escritora y periodista Doris Martínez rodada durante el mes de noviembre de 2018 en varias localizaciones de Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y La Matanza (Tenerife).
La protagonista de la novela es una novelista que conoce a Lucía, quien ha escrito un diario sobre sus relaciones secretas con un hombre casado, un diario muy personal e íntimo que le cede para que lo utilice como fuente de inspiración para su próxima novela.
El mediometraje, dirigido por Josep Vilageliu y producido por Laly Díaz, explora las complejas relaciones que se establecen entre la novelista y Lucía, cuyos papeles se invierten en un momento dado de la película, cuando la primera lee el manuscrito de su admiradora, lo que despierta en ella emociones reprimidas fruto de experiencias similares.
Los papeles principales están interpretados por las actrices Cathy Pulido e Idaira Santana, y la narración es conducida mediante la alternancia de sus voces en off, que recogen los textos originales de la novela y que cuentan una historia en la que, como en un espejo, los sentimientos se reflejan y se confunden, creando vínculos emocionales que trascienden a los personajes.
En este sentido, Vilageliu ha realizado una de las películas más intimistas de su carrera, respetando el tono personal y emotivo con el que Doris Martínez ha impregnado las más de 220 páginas de No te mentiré (Oristán, 2017), en el que cuenta una historia que va más allá del amor en sí mismo, que habla de cómo las personas reinterpretan las relaciones en función de sus experiencias o temores.
Sobre el director
No te mentiré se inspira en los melodramas de los años 50, describiendo amores imposibles apenas sugeridos por la imagen, mediante la combinación de las voces en off , la partitura de René Martín y la paleta de colores de Facundo Pérez tras la cámara.
Vilageliu ya se había enfrentado al reto de adaptar un texto literario, el paso de un medio a otro muy distinto, que exige que los elementos sugeridos por la escritura tomen cuerpo y se desarrollen visualmente. Lo hizo en 1979 con La Llave de cristal de Dashiell Hammett adaptando tan solo la página 45 de la novela en el cortometraje Página 45 rodado en super8mm, o con la experiencia colectiva que supuso el corto La tarjeta de crédito, donde una voz en off recitaba el texto íntegro del cuento de Koczinsky.